¿Sabe los requisitos que debe cumplir su empresa para cambiar su moneda funcional?, ¿conoce, realmente, el significado de este término y su aplicación?…
7 Claves para adoptar una nueva Moneda Funcional – Parte I
Indice de contenidos
- 1 Propósito de la información financiera
- 2 Tipos de moneda
- 3 ¿Qué requisitos debe cumplir mi empresa?
- 4 ¿Qué aspectos debo considerar antes de cambiar la moneda funcional de mi empresa?
- 5 ¿Qué es el entorno economico principal?
- 6 Generación de ingresos
- 7 Costos y gastos: aspectos a evaluar
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El objetivo final de los estados financieros de cualquier entidad es el permitir tomar decisiones a la gerencia de la misma. Esta afirmación está recogida en el Marco Conceptual para la Información Financiera emitido por el Consejo de Normas Internacionales de Contabilidad. Sin embargo, este propósito se ha visto desvirtuado a la luz de la hiperinflación y la devaluación que se presenta en nuestro país, Venezuela. Es por ello que cada vez más clientes acuden a las firmas de asesoría contable solicitando información acerca del cambio de su “moneda funcional”.
Es por lo antes expuesto que considero oportuno realizar algunas acotaciones sobre un tema de tanto calado para las empresas. Comencemos:
Propósito de la información financiera
Según el Marco Conceptual para la Información Financiera, se entiende por “información financiera útil” aquella que es “comparable, verificable, oportuna y comprensible”. “Las características cualitativas fundamentales son la relevancia y la representación fiel” (Párrafos 2.4 y 2.5).
Tipos de moneda
La NIC 21 “Efectos de las Variaciones en las Tasas de Cambio de la Moneda Extranjera”, en su punto 8, distingue tres tipos de moneda:
- Moneda extranjera (o divisa): es cualquier otra distinta de la moneda funcional de la entidad.
- Moneda funcional: es la moneda del entorno económico principal en el que opera la entidad.
- Moneda de presentación: es la moneda en que se presentan los estados financieros.
¿Qué requisitos debe cumplir mi empresa?
La decisión de adoptar una moneda funcional u otra, no es una cuestión de libre albedrío de la empresa. Se deben evaluar todos y cada uno de los requisitos expuestos en la NIC 21 a fin de determinar cual es la moneda funcional que se debe utilizar.
¿Qué aspectos debo considerar antes de cambiar la moneda funcional de mi empresa?
Una vez realizada la evaluación señalada en el punto anterior, de acuerdo a principios técnicos, la entidad podrá optar por cambiar su moneda funcional, tomando en cuenta no solo los aspectos contables y financieros sino la implicación que tal modificación tiene a nivel administrativo, operativo y fiscal.
¿Qué es el entorno economico principal?
El entorno económico principal en el que opera la entidad es, normalmente, aquél en el que ésta genera y emplea el efectivo (NIC 21 – Párrafo 9).
Generación de ingresos
A fin de determinar su moneda funcional, la empresa deberá analizar como se generan sus ingresos. Para ello, tomará en cuenta que moneda:
- Influye fundamentalmente en los precios de venta de sus bienes y servicios, y
- A qué país pertenece la moneda cuyas fuerzas competitivas y regulaciones determinan los precios de venta de sus bienes y servicios.
Entonces, está claro, ¡si vendo en dólares americanos (US$) mi moneda funcional es el US$! La respuesta es: puede ser… Veamos un ejemplo para explicar este punto: La empresa “YY” importa el equipo XX desde Estados Unidos. El equipo tiene un precio de venta en el mercado norteamericano de 15,00 US$, sin embargo, el consumidor venezolano está dispuesto a cancelar US$ 20,00, dado que en el mercado local la escasez del producto hace aumentar su precio. En este caso, y en lo que respecta al análisis único de este factor, la moneda funcional de la “YY” sigue siendo el bolívar ya que el precio se fija de acuerdo a las fuerzas competitivas del mercado local: no hay competencia y el precio aumenta.
Si analizamos la otra cara de la moneda, encontramos que la empresa “YY” decide vender su producto en bolívares, pero que las fluctuaciones de precio siguen la misma tendencia que en el país de origen, debido, por ejemplo, a las condiciones impuestas en el contrato de venta. Es decir, el precio deberá disminuir o aumentar de valor en los mismos porcentajes que se dan en EEUU. La moneda funcional en este caso, a pesar de facturar en bolívares, sería el US$, ya que el entorno económico que marca la pauta del precio en Venezuela es el norteamericano.
Costos y gastos: aspectos a evaluar
A fin de determinar su moneda funcional, la empresa deberá analizar en que moneda satisface sus egresos. Para ello, tomará en cuenta que moneda influye fundamentalmente en los costos de mano de obra, materiales y demás costos de producir los bienes o suministrar los servicios.
Analicemos ahora la empresa “JJ”, una gran firma de consultoría en ingeniería. “JJ” cancela la nómina de sus empleados en US$, sin embargo, los montos distan mucho de ser los mismos que cancelarían a los mismos profesionales en EEUU. Por ejemplo: un ingeniero tipo 1, que en el país anglosajón, en función de su preparación y experiencia, percibiría un paquete anual en torno a los 86.400,00 US$, es decir, un promedio de 7.200,00 US$ al mes, en Venezuela tan solo gana 1.500,00 US$, es decir el 20,83% de lo que se paga en EEUU. Esto nos lleva a la conclusión de que la moneda funcional de la firma “JJ” sigue siendo el bolívar, a pesar de cancelar los sueldos de sus colaboradores en moneda extranjera, ya que el entorno que determina el sueldo es el venezolano.
Como podemos ver, el análisis de la implementación de una moneda funcional diferente del bolívar es una labor que exige el mayor análisis y conocimiento técnico, por lo que me permito recomendar, exhaustivamente, lo establecido en la NIC 21: “Cuando los indicadores… sean contradictorios, y no resulte obvio cuál es la moneda funcional, la gerencia empleará su juicio para determinar la moneda funcional que más fielmente represente los efectos económicos de las transacciones, sucesos y condiciones subyacentes”.
En el siguiente post seguiremos conversando sobre la conveniencia, o no, de adoptar una moneda funcional diferente al bolívar, siempre, claro está, utilizando la ayuda profesional necesaria y un adecuado juicio .
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