Siguiendo con nuestra serie de artículos sobre la confianza: 4 Superclaves sobre la confianza en los negocios – Capítulo accionistas y 7 Claves sobre la confianza entre los accionistas y sus colaboradores, hoy nos toca hablar de la confianza que deben tener los colaboradores de una organización en sus pares. Este tema es álgido y da para llenar varias cuartillas, sin embargo, trataremos de resumirlo en los siguientes puntos:

La oficina no es un club de amigos, pero…

Usted debe realizar su trabajo y permitir que otros también lo hagan. Si bien es cierto que la empatía entre los trabajadores de una empresa tiene múltiples beneficios y aumenta la productividad, también es verdad que este nivel de “perfección” no siempre se logra y, a pesar de ello, el trabajo debe fluir. El colocar “piedras” en el camino de los demás, práctica muy utilizada por algunas personas, no solo entorpece el trabajo del tercero que lo sufre, sino también de toda la cadena de trabajo que depende de esta persona. Una manera de minimizar este problema es utilizar calendarios con fechas de entrega por sección o departamento y chequear que las mismas se cumplan, tanto en tiempo como en contenido.

Honestidad y trabajo bien realizado

La honestidad abarca varios puntos, desde aceptar los errores hasta prometer trabajos para una fecha determinada y cumplir con los plazos. El trabajo bien realizado le permite al resto del equipo contar con un “input” confiable y por tanto desarrollar sus labores de manera adecuada y a tiempo. Cuántas veces hemos escuchado frases como: “Uno no se puede fiar de lo que haga A” o “Si este trabajo lo hizo “B”, estaré tranquilo, ¡es excelente en lo que hace!”. Usted decide en qué lado de la balanza desea estar. 

Cuide sus opiniones y la manera de expresarlas

El caer en chismes, comentarios subidos de tono, inmiscuirse en la vida privada de los compañeros y superiores y el utilizar la oficina como club social, son actitudes que, aunque puedan parecer “simpáticas”, a la larga solo ocasionan problemas. Las personas chismosas e indiscretas son la antítesis de la confianza y, a la hora de la verdad, nadie quiere ser víctima de las mismas.

Discreción ante todo

Cuando surja un problema con un compañero trátelo con discreción. Muchas veces los malos entendidos son la causa de un desacuerdo entre colegas. El conversar sobre los mismos puede ayudar a eliminarlos o, al menos, a encontrar un camino para que estos no se repitan. Estas conversaciones deben realizarse en privado, preferentemente en un sitio tranquilo y contando con el tiempo adecuado para ello. Evalúe la posibilidad de que la conversación se lleve a cabo fuera de la oficina, en un sitio neutral y más relajado, esto siempre ayuda. 

Colaboración Vs abuso

Muéstrese colaborador con sus compañeros. ¿Ha escuchado eso de “hoy por ti, mañana por mí?, este dicho funciona a la perfección en el mundo laboral. Desde el intercambio de una guardia en un día especial, hasta la ayuda para terminar un trabajo que surgió a última hora. Eso sí, verifique que la relación es bidireccional y equitativa, algunas personas confunden la colaboración con el traslado de trabajo.

Efecto carretilla

Este punto está estrechamente relacionado con el anterior y se refiere a la persona, presente en toda organización, que termina cargando con los trabajos inconclusos, a destiempo o simplemente no realizados de todos sus compañeros.  No es difícil imaginar que en poco tiempo este trabajador estará “quemado” y la organización habrá perdido a un valioso miembro. 

Supere las expectativas

Si Usted da siempre más de lo mínimamente esperado, es muy posible que las personas deseen trabajar a su lado, por lo menos las personas que quieren superarse, aprender y avanzar. Esta medida también le permitirá crear equipos con excelente desempeño y buen nivel de confianza. 

Acepte críticas y comentarios bien intencionados

En las oficinas, como en todos los sitios, hay personas que desean ayudarnos con sus aportes. Escuche y valore las críticas constructivas, realizadas con base a hechos y de manera adecuada, pueden ser invaluables y nos ayudan a superar nuestros puntos débiles.

Todos tenemos un mal dia

Considere que todos podemos tener un mal día (o época). Todos tenemos un exceso de responsabilidades: la familia, la situación económica, el mismo trabajo, es por ello que en algún momento podemos decaer en nuestro rendimiento o no mostrar nuestro lado más amable. Si es así, tenga consideración con el compañero que pasa por esa situación y colabore con él sinceramente, ayudándolo con sus tareas y entendiendo que no siempre tendrá la mejor de las actitudes. Muéstrese cercano y apóyelo.

¡Cuidado con el trabajador alfa!

Hay personas que, bien por su carisma especial, bien por actitudes más amenazantes, se convierten en imanes para el resto de los allí presentes. Este liderazgo que puede ser tan beneficioso para la empresa y los colaboradores, mal utilizado puede dar origen a manipulaciones, conductas no profesionales y ejemplos negativos: si no perteneces a su círculo, lo más probable es que tu estancia no sea del todo agradable.  Esto origina que el resto de empleados, para evitar problemas, se rindan a los “encantos” de alfa y terminen adoptando posturas no del todo correctas, como pueden ser: encubrimientos por llegar tarde o faltar,  sobrecarga de trabajo, trato no adecuado hacia las personas que no son afines. ¿Conoce Usted algún caso?…

Como siempre que escribo sobre estos temas, busco arrancarle una sonrisa de complicidad, amig@ lector, espero haber logrado mi cometido. Seguimos “hablando” en la próxima entrega…

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