Recursos para obtener ideas brillantes e innovar. Cambie la forma en que mira su entorno y ¡sorpréndase de todo lo que puede lograr!
7 Claves para emprender con ideas brillantes
Indice de contenidos
- 1 Solucione un problema
- 2 Analice los cambios sociales y observe las oportunidades que le ofrecen
- 3 Escuche los comentarios “inocentes”
- 4 El teléfono móvil también sirve para hacer llamadas…
- 5 Estudie a su competencia
- 6 Busque inspiración en su lista de famosos
- 7 Inspírese en la naturaleza
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En el anterior articulo (12 Tips sobre innovación empresarial. Innovar o perecer) quedó claro que para innovar se necesitan ideas, muchas ideas. Por otro lado se concretó que el innovar implica aportar valor y obtener resultados sostenibles en el tiempo. Así pues, según mi punto de vista, innovar conlleva emprender, ya que no basta con tener una idea brillante: ésta tiene que tener consecuencias económicas favorables. Estoy segura que muchos de los expertos en innovación se llevarán las manos a la cabeza y dirán que innovar es un proceso creativo y que emprender es “acometer o comenzar un negocio”, dos cosas que pueden ser totalmente diferentes. En lo que si estaremos de acuerdo es en afirmar que no todo emprendimiento es innovador.
Una vez servida la polémica lo que queda claro es la necesidad de ideas y entonces surge la pregunta: ¿de dónde las obtenemos? Revisando las tendencias sobre este tema encontré las siguientes propuestas:
Solucione un problema
Para ello, mire críticamente su entorno y observe que problemas afectan a las personas y cómo puede darle respuesta. Este consejo en economías sobresaturadas de productos es bastante difícil de seguir, a veces pensamos que ya está todo “inventado”, sin embargo en economías emergentes las posibilidades son mucho más amplias.
Venezuela es un país receptor de emigrantes de varias partes del mundo. Primero fueron europeos, más tarde latinoamericanos y en medio de todos ellos judíos, árabes y chinos, por comentar los grupos más numerosos. Todos ellos llegaron con su cultura y costumbres y por ende ofrecieron una gran cantidad de nuevas ideas. Se comenzaron a cultivar productos que no se conocían, se procesaron alimentos de maneras totalmente diferentes (por ejemplo: productos kosher, jamones serranos y salchichas tipo alemán) y se confeccionaron vestidos de los más diversos estilos. No se habla aquí de simples copias, muchas veces fueron verdaderas “innovaciones” tales como la cocina o la moda fusión. El crear procesos para convertir insumos locales en productos adaptados a las necesidades y gustos extranjeros puede ser una fuente de ideas muy productiva.
Escuche los comentarios “inocentes”
Cuántas veces hemos encontrado la solución a un problema, o se nos ha ocurrido una idea, al escuchar una opinión sincera de alguien (los niños son especialistas en ello). Esto tiene relación con la técnica de Moliere o mirada fresca, que nos indica que debemos buscar a un grupo de personas totalmente externas y ajenas al reto creativo para generar ideas que posteriormente serán analizadas. Ya sabe, por aquello de que los árboles no dejan ver el bosque…
El teléfono móvil también sirve para hacer llamadas…
Esta frase puede sonar irónica, pero hace unos días leí en internet que una persona al quedarse accidentada en una carretera les envió a sus amigos un mensaje por Facebook para que llamaran a emergencias (sin comentarios). Las posibilidades tecnológicas de los nuevos dispositivos parecen ilimitadas y así nos lo hacen saber quienes elaboran todo tipo de apps: evaluación de nuestras constantes vitales, estadísticas de nuestras rutinas de ejercicio, manejo de nuestros equipos electrónicos, operaciones bancarias online, etc. Resumiendo, cada avance tecnológico nos abre una puerta para explorar otros mundos con nuevas ideas y, como en el caso de nuestro conductor, casi nos hacen olvidar cual fue el sentido original de ese invento.
Estudie a su competencia
Este consejo es básico, pero no por ello deja de ser uno de los mejores. Analizar las razones que tiene la clientela de tu competidor para estar insatisfecha es uno de los mejores puntos de partida y, al hacerlo, nos conseguiremos con tres tipos básicos de consumidores:
- Clientes sobreservidos: no están dispuestos a pagar por mejoras en el producto y/o servicio, es más, sienten que estarían satisfechos con un producto de menores prestaciones a un costo más bajo, por ejemplo: determinadas líneas de celulares o vehículos.
- Clientes subservidos: al contrario de los anteriores desean mejores características y están dispuestos a cancelarlas. Tal es el caso de ropa de marcas reconocidas, joyería, determinadas marcas de relojes y plumas, sin embargo, es un error pensar que este segmento solo engloba productos de lujo.
- No-clientes: no se sienten identificados con el bien o no han tenido acceso al mismo. La pregunta, en ambos casos, es ¿por qué?
Busque inspiración en su lista de famosos
Ahora que está tan de moda el concepto de “influencer”, el ver películas y leer libros sobre grandes empresarios y el sentirse identificado con las frases de los genios del siglo XX (y anteriores), es oportuno traer a colación esta recomendación. ¿Cómo se le ocurrían las ideas a Steve Jobs?, ¿Qué pensaría Einstein sobre tal o cual tema?, ¿Por qué hizo tal cosa la señora Curie?
Inspírese en la naturaleza
¿Sabía que el velcro nació en un día de caza? Si, su creador, el señor George de Mestral, luego de un día de caza observó los cientos de semillas de bardana que tenía incrustados en su ropa. Al observarlas de cerca se percató que sus puntas no eran tales, sino que se trataba de diminutos ganchos.
Así pues, replicó esta idea en un sistema de cierre con dos cintas; una de ganchos y otra de un tejido donde pudieran asirse. De hecho, el nombre del Velcro proviene del francés, por la contracción de las palabras “velours” (terciopelo) y “crochet” (gancho). Así que ya sabe, ¡póngase a observar!
Hasta aquí el artículo de hoy. En el próximo seguiremos aportando ideas sobre las ideas…
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