En el anterior articulo (https://www.rodriguezc.com/portal/catorce-tips-para-entender-un-balance/) comentábamos aspectos fundamentales sobre el estado de situación, hoy abordaremos el estado de resultados que nos da información sobre el desempeño de la gerencia y sus aportes al crecimiento (positivo o negativo) de la empresa.

Algunos puntos a considerar son:

1.- El estado de resultados presenta las partidas de ingreso, costos y gastos reconocidas en un periodo. Observemos que este estado financiero abarca un “desde” y un “hasta”, mientras que el estado de situación es una descripción económica a una fecha determinada.

2.- Los ingresos son un incremento en los beneficios económicos futuros, relacionado con un aumento en un activo o una disminución en un pasivo y puede medirse con fiabilidad.

3.- Los ingresos incluyen tanto los ingresos ordinarios como las ganancias. Veamos que abarca cada uno de ellos:

• Ingresos ordinarios: Son producto de las actividades ordinarias de la empresa. Son originados por su “razón de ser”. Por ejemplo, si una entidad se dedica a la fabricación y venta de calzado, sus ingresos ordinarios son los producidos por esta actividad. Pueden tener varios conceptos y los más comunes son: ventas, alquileres, comisiones, regalías, etc.

• Ganancias: Son todos aquellos que, cumpliendo la definición de ingreso, no son producto de las actividades propias de la entidad. Si retomamos nuestra fábrica de zapatos, una ganancia podría ser: intereses obtenidos por colocaciones bancarias, utilidad en la venta de un equipo utilizado en la planta, beneficios producto de operaciones bursátiles.

4.- Se recomienda presentar las ganancias separadas de los ingresos ordinarios a fin de facilitar los análisis económicos y de desempeño en las organizaciones. El mostrarlas en un solo rubro puede distorsionar las cifras y enmascarar problemas de la empresa. Veamos un ejemplo:

Como se puede apreciar, la evaluación del desempeño de la gerencia cambió drásticamente. Las pérdidas operativas estaban enmascaradas con otros ingresos que nada tienen que ver con el desempeño propio del negocio. Se pasó de una “utilidad bruta en ventas” del 37,50% a una del 21,05%, incapaz de cubrir los gastos operacionales y menos de generar utilidad. De este análisis tan simple se pueden derivar varios puntos interesantes:

• Se hace necesario un análisis inmediato de los precios de los productos. Se debe analizar si nuestros precios están ajustados a la realidad del mercado, considerando las circunstancias de éste y la calidad del bien que ofrece la empresa. De esta labor, que se tiene que realizar de manera conjunta con el área de mercadeo y ventas, se desprenderá si se pueden incrementar o no nuestros precios de venta y que acciones de mercadeo debemos adoptar.

• Los gastos de operación deben seguir el mismo camino que los costos. Para su análisis y optimización les recomiendo la lectura del siguiente enlace: https://www.rodriguezc.com/portal/dieciocho-tips-para-reducir-los-gastos-en-la-empresa/

• Es imprescindible un análisis de costos. Se hace necesario revisar nuestra lista de proveedores habituales, conseguir nuevos suplidores, negociar precios en función de cantidad, realizar análisis de tiempo y movimiento en la fábrica, optimizar los procesos productivos y el tiempo de entrega a las tiendas (cuanto más rápido repongo más rápido se vende y no se generan “vacios” en los anaqueles), en fin, desmenuzar cada uno de los componentes del costo y saber el por qué se llegó a este resultado.

•  Analizar las actividades y/o inversiones que nos produjeron las ganancias. Del mismo se pueden obtener importantes conclusiones:
  • Quizá las podamos repetir y hasta mejorar, lo que significaría un incremento global de nuestros resultados. Sin embargo, no es una alternativa sustentable a mediano o largo plazo.
  • Fueron actividades puntuales difíciles de replicar y se dieron por una situación específica muy particular (por ejemplo la venta de un activo significativo).
  • Comenzó siendo una “prueba” y nos hemos percatado que puede ser una fuente de ingresos permanente y hasta un segundo plan de negocio.

5.- Los costos y gastos se registran cuando ha surgido un decremento en los beneficios económicos futuros y son salidas o disminuciones en el valor de los activos empresariales o incrementos en algún pasivo. Por ejemplo: merma del efectivo, disminución de los inventarios, depreciación de la propiedad, planta y equipo o incremento de la deuda bancaria.

6.- Así como las ganancias se deben reconocer separadas de los ingresos ordinarios, para no desvirtuar el análisis operativo del negocio, las perdidas no operacionales también deben presentarse por separado. Ilustremos esta afirmación con otro ejemplo:

Si analizamos el primer estado financiero podemos obtener una serie de conclusiones erradas. Entre ellas:

• Los responsables de manejar los gastos operacionales de la empresa están haciendo su trabajo de manera muy deficiente al sobrepasar su cuota en un 60% (de 300 a 480 U.M.).

• Como consecuencia de la primera conclusión se deben disminuir de manera drástica los gastos operacionales ya que son “excesivos” para la realidad actual de la compañía, por ello, reduciremos la nomina, eliminaremos los incentivos y postergaremos el lanzamiento de nuestro departamento de mercadeo “on line” (les suena conocido…)

Como se puede observar, el primer estado financiero nos da la información sesgada, ya que no discrimina entre los gastos operacionales regulares y la pérdida que se originó por una inversión desafortunada en el mercado bursátil (yo sugeriría ver de quien fue la idea y obtener asesoría especializada antes de la próxima inversión…).

Les invito a aplicar estos análisis en sus organizaciones. Estoy segura que podrán obtener información de lo más productiva…

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